Redacción
CNS.-
ESPAÑA.-
Única mujer en la cancha de esta cárcel en
Galicia (noroeste), Ambra, que prefiere no dar su apellido, se disputa el balón
de tú a tú con los 21 jugadores que la rodean.
"¡Deja la pelota!", le grita esta albanesa
apasionada del fútbol de 25 años a otro jugador, con quien se disputa, con
mucho físico, el balón.
La prisión de Teixeiro es una de las pocas en Europa
que tiene módulos completamente mixtos. Una apuesta destinada a fomentar la
convivencia entre hombres y mujeres con vistas a su reinserción en la sociedad.
En el módulo Nelson Mandela, donde pudo entrar la AFP,
una cincuentena de reclusos, entre ellos una veintena de mujeres, comparten
actividades cotidianas, formación, terapias de grupo y trabajo conjunto. Sus celdas
están en el mismo pasillo.
Estos reos, que participan de forma voluntaria, son
seleccionados en función de su comportamiento. Las personas condenadas por
violencia sexual quedan excluidas.
En la cantina, Cristina, otra presa entrevistada por
la AFP, cocina con mujeres y hombres, que luego comen juntos, mientras Helga se
entrena en la sala de pesas con los hombres.
España, considerada un referente en Europa en materia
de derechos de las mujeres, lleva unos veinte años experimentando con cárceles
mixtas.
Y desde hace dos años, el Gobierno de izquierdas de
Pedro Sánchez ha instado a la administración penitenciaria a
"desarrollar" este tipo de módulos unisex.
En total, 925 hombres y 202 mujeres conviven en unos
20 módulos mixtos en el país. Todavía un bajo porcentaje de la población
carcelaria de unas 47.000 personas.
La
dirección de la prisión dice no haber tenido que lamentar "ningún tipo de
incidente grave" en los módulos mixtos, para los que hay una fuerte
demanda.
En
otros países de Europa, las cárceles mixtas son muy escasas.
Por
ejemplo en Francia, donde están permitidas desde 2009, se limitan a algunas
actividades, pero sin alojamiento común.