Redacción
CNS.-
SANTO DOMINGO.- A 45 días después, ambos establecimientos reabrieron sus puertas y
siguen en operación en medio de la inconformidad de los familiares de los
fallecidos que entienden que al menos uno de los negocios debió seguir cerrado,
por ser donde supuestamente se adulteraban las bebidas, una práctica que solo este
año mató a más de 150 personas e intoxicó a unas 450, desde abril pasado.
Un familiar de Rafael Emilio
Bartolomé, un señor de 63 años que figura entre los siete fallecidos de
Cancino, dijo estar sorprendido de que se autoriza la apertura del negocio donde,
asegura, era que se preparaban la bebida alcohólica tipo clerén que intoxicó al
grupo.
“Cuando yo vi, me dije: ¡Oh! Lo
abrieron para seguir matando gente”, cuenta la persona que no quiso
identificarse, por temor a represalias. Entiende que, pese a lo ocurrido, el
colmado continuará preparando bebidas.
Además de Bartolomé, entre el fin
de semana del 17 y 18 de abril, en Cancino también fallecieron Jorge Radhamés
Beras, de 57 años, Luis Ney Arno Corniell, Fernando Adonis Ferreras Benítez,
Julio César Montilla, de 52 años, Gregorio Ventura, afectados cuando compartían
juntos de unos tragos.
De acuerdo con las autoridades
sanitarias, las bebidas fueron adulteradas con metanol, un potente químico que
se utiliza en la producción de detergentes.
El Ministerio de Salud Pública
llegó a indicar que, conforme los análisis de laboratorio, algunas de las
bebidas adulteradas tenían concentraciones de hasta un 99 por ciento de
metanol. También que alrededor del 70 % de las muestras tomadas en
establecimientos, sobre todo colmado, tenían concentraciones de metanol, en
muchos casos, rones de marcas reconocidas que fueron falsificados.