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El espectáculo político musical es una canción de conectividad emocional, adhesiones y afectos que busca afianzar el fervor partidario del mercado de votantes.

miércoles, 12 de junio de 2019

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                                             José-Dorín-Cabrera
El areyto (bailar cantando) era un ritual ceremonial emocional que a través de bailes danzantes y versos cantados y del compás alucinante del rito  de la cohoba, los  taínos transmitían sus historias y las imaginarías de los poderosos cemíes (espíritus ancestros) como la de Yucahuguamá quien reveló que “…una gente vestida (colonizadores JC), que los habría de dominar y matar y que se morirían de hambre…”. Pienso que también tomaban sorbos largos de Cerveza Taina (de mi cosecha, JC) para festejar triunfos y alegrías.   


En la noche del 27 de febrero de 1844 Matías Ramón Mella Castillo, imploraba la Misericordia de la Puerta.
Y asido a su índice apresuró el gatillo de su trabuco, atizado por el enervante aroma de aguardiente que respiraba Jaime Yépez (o Llépez), judío alambiquero y experto tirador. El disparo del trabuco de Mella arengó a los conjurados hacia la Puerta de El Conde. Fue Yépez uno de los que guareció a Duarte en su casa, cuando el general haitiano Charles Hérald (aine, para los amigos del hijo único) -16 julio 1843- lo quería asesinar. Humeante aún estaba el orificio de ese trabuco, cuando ya los ritmos de los bailes danzantes de Mazurkas y Polkas ponían a la gente a celebrar la Independencia Dominicana de Haití, la misma noche del 27 de febrero.

 
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Jose Dorin Cabrera 
Esa noche la Independencia quedó sola.
No tuvo con quien bailar. Mella disparó el trabucazo y se abrió hacia San Cristóbal. Sánchez, aun escondido. Duarte en el extranjero. Sola quedó también María Trinidad Sánchez. Ella danzaba abrazada a su valentía y con las pólvoras en el ruedo de su falda, para que un año después, Pedro el bellaco Santana –quien no estuvo ahí esa noche del 27– la fusilara por no delatar a su sobrino Sánchez. A quien seis años después el bellaco fusiló. A Sánchez el lector –un poco tarde– del Acta de nacimiento de la República. En las horas profundas de la noche del 27 de febrero, se bebió aguardiente de los alambiques de Valverde, jengibre, café con leche, se engulló cazabe con chocolate, pan de trigo y hasta mangú.

El día 28 Haití se rindió y el 29 se marchó. Entonces se bebió mucho más. Fue el judío Abraham Coën (o Cohën) Levi el hombre más rico del país, 1830-1870, el que financió aquellas cenas, bebidas y bailes, así como también el que coadyuvó con el financiamiento de la Independencia Nacional, al igual lo hizo (con sus conexiones judías de comerciantes) con el financiamiento de la Restauración. Coën Levi y Luperón (dueños de solares urbanos en Puerto Plata) “…fundaron un floreciente negocio de exportación de madera dura tropical a Europa…”.

Antes, en julio de 1843, Coën Levi fue a la casa de los Conchas, al escondiste de Sánchez. Perseguido también por el general haitiano Charles Hérald, a ofrecerle $200.00 fuerte y una de sus embarcaciones para que se fuera del país. Sánchez no se fue.

Coën Levi mandó a buscar a Duarte y compañeros.
A Curazao el 2 de marzo de 1844 en una de sus embarcaciones, La Leonor. Era dueño del peso fuerte (moneda de plata extranjera), de los principales cortes de caoba, guayacán y del campeche más cotizado en Estados Unidos y Europa. Prestamista, representante consular y diplomático de diferentes países importantes para la política y la economía, junto a su hijo David y la llave (unido a socios internacionales de su abuelo Coën Robles) del comercio alrededor del Puerto de Charlotte Amalie en Saint Thomas centro financiero de compra y venta mercancías de Europa, E. U., del Caribe y Haití.

El economista de Londres, Benigno F. De Rojas.
Afirmó que “…Coën en 1854 poseía un capital superior al de los ingresos anuales del Estado…”. Les prestaba a comerciantes y al gobierno –entre otros- para cubrir sueldos y gastos del Ejército.

¡No fusile a Duarte!
Fue la orden que el 10 de septiembre de 1844, Coën Levi le dictó al bellaco canario del carabiné Pedro Santana. Abraham financió a Santana (compra de fusiles, municiones).

Abraham no solo gravitó sobre diferentes gobiernos dominicanos.
También hacía negocios con Haití. Él salvó la vida a la familia de Bernardo Philippe Alexis Carrié, general haitiano y gobernador de Santo Domingo a raíz del estallido del movimiento de La Reforma, marzo 1843. La envió en la Leonor a Curazao, menos a su hijo Sami que escapó en otro barco. Sami fue –paradójicamente-  la semilla inicial motivante independentista, 1844.


Los villancicos de navidad de la Independencia de 1844.

Sonaban apagados y se entonaron festivos cuando recibieron la diversas ayudas de Coën Levi …A los lejos, el ritmo de Mazurkas y Polkas hacían danzar alegremente los pies tristes de los dominicanos, mientras “las ratas del mar”, la Haití herida, acechaba… 36 años después -1880-, el acordeón (invento del austriaco Damiem, 1829. Francia lo perfeccionó, 1870) cabalgó sobre la grupa de buques alemanes que venían desde los puertos de Hamburgo y Bremen,  a buscar serones cargados de tabaco y de cacao anclando en las puertas del Puerto de Puerto Plata. Un marino alemán acariciaba, con sus dedos, el ordeño de melodías que salían de un acordeón, parecidas al gemido de un saxofón. Lo intercambió por botellas del ron Beltrán (medalla oro Bruselas, 1896) a un santiaguero hijo de Beltrán.

El sábado 26 de abril de 1930. El acordeón del perico ripiao encandilaba melodías para que la armonía musical se asentara en la conciencia nacional “…—Llegó el general Trujillo, llegó—…” A Montecristi en horas de la mañana. El cielo mal humorado y rugiente lo observaba. Entre los acompañantes estaba Desiderio Arias, quien aún tenía su cabeza. Lloviznas minuciosas y persistentes conminaron al chofer del Packard a acelerar la marcha para arribar al Hotel Noroestano.

Una multitud le esperaba. La llovizna se transformó en lluvias de gotas grandes y rayos cuyas descargas de temor, les iluminaban el rostro a este emisario del destino. Desde el balcón dijo: “…—Soy el candidato presidencial de los partidos confederados—…”.
La fuerza torrencial de aquella lluvia, aminoró. Luego enfiló hacia Santiago sobre el lomo de la güira, la tambora y el acordeón ¡Llegó el general Trujillo, llegó! repetía incesante el perico ripiao, mientras a su paso, los ojos encantadores de las mujeres del Cibao se les abrían como soles sonrientes. “La voz del gallo que corta”, del Lic. Joaquín Balaguer, le esperaba en la galería del Club Santiago para decirles a los adherentes presentes: “-…He ahí el hombre nuevo…-” “La voz de oro” del descendiente judío Arturo Logroño Coën, nieto del presidente y sacerdote Meriño, cerró el acto.

El 16 de mayo de 1930     
Desde las tres de la madrugada en la Capital y en Santiago y en otros pueblos del país, la güira, la tambora y el acordeón (paradójicamente instrumento musical de la aristocracia europea, mitad del XIX, que hizo posible la dominicanización del merengue) despertaban al mercado de votantes invitándole a ir a votar temprano por “El hombre nuevo”(slogan del poeta Cruz Álvarez, 10 abril 1930), afincado en el diseño de una eficiente estructura mercadológica publicitaria y de opinión pública, de la orfebrería de intelectuales.  

El 10 de agosto 1930.
Una breve lluvia en las primeras horas de la mañana prestó atención cuando la marca Trujillo expresó por el bastión de las campañas de Horacio, la HIX (se inauguró 8 abril 1928) “…— ¡Sí juro!—…” Era el Presidente Constitucional de la República.
“…—Se acabó la bulla, se acabó…Horacio salió y ahora llega Trujillo…tenemos esperanza en nuestro caudillo…—”
Deliraba el acordeón del perico ripiao. Radios Telefunken (la marca creada por Goebbels y Siemens, vino a la R. D. en misión vehiculada por la marca alemana del auto Opel, primeros años del 30), Phillips, Dumont, Zenith, Philco, se colocaron en puntos de la capital y del país, altavoces incluidos.

Las lluvias siempre quisieron prevenir al pueblo sobre la magia histriónica de esta marca política.
39 años antes, 24 octubre 1891, aguas aladas y enormes pedazos de lluvias, golpeaban y caían como piedras con furia sobre la Villa de San Cristóbal, en el momento que éste emisario del destino, salía del vientre de la apacible Altagracia Julia Molina Chevalier. “…—Se yon papá Bocó, se yon Gubene…—” al unísono les susurraban quedamente al oído, en el silencio de sus ancestros y ritos, sus abuelas Silveria Valdez y Erciná Chevalier. Scott Fitzgerald me dijo con El gran Gatsby en sus manos: “…—Enseñadme un héroe y os escribiré una tragedia—…”-.

Con el auge del comercio del tabaco, cacao, madera, también creció la industria del placer.
El perico ripiao al igual que el Jazz fueron hijos de crianza de prostitutas. El Jazz en New Orleans, ciudad caribeña con influencia francesa, africana, española.
Como Santiago era la principal región tabaquera del país, era Santiago quien recibía los clientes potenciales provenientes de sus diferentes comarcas, con dinero para comprar las alegrías de los distintos productos de esta agradable industria del placer.

“—Papi…,ven pa’ripiate el perico—”
En la esquina de un bar –prostíbulo- del barrio La Joya, frente al matadero y a metros del río Yaque que dormía, trabajadoras de esa industria les ofertaban a esos clientes aquellos productos envueltos en atributos de  promesas de glorias y de éxtasis parecidas a los gemidos de aquel saxofón.

Nunca un ritmo había tenido tanto que ver con la personalidad de un hombre. Talvez, Gardel, con sus melodías y voz lastimosa de arrabal (descubrimiento del maestro Ortega y Gasset, 1916) o Sinatra, la voz, a su manera, My way (descubrimiento de Gardel, New York, NBC, 1933). Los tres andaban con neceser. Las composiciones melódicas del merengue ripiao de la marca Trujillo narraban sus hazañas y leyendas. El pluralista Manuel Rueda, en la fascinante “Bienvenida y la noche”, dice: “…bien parecido…impecable atuendo…boca sensual…nudo perfecto…”.

Un teniente, le afeitaba diariamente con dos navajas nuevas, una para cada lado del rostro.
El perico ripiao activaba los nervios auditivos que recordaban la puntual adhesión a la marca Trujillo.

Bajo la atenta mirada del ejército, cuya banda de música también era ya un solo perico ripiao. Fue la transculturación sociológica de una clase social cultural denominada de “estratos bajos” sobre una clase “superior”.  

El 5 de mayo de 2019 música urbana en el espectáculo político musical ¡No hay marcha atrás! Repuesta de Leonel a Danilo.

Espectáculo que esparció una imagen de conflicto y de polémica. Los presentes bailaban música y composiciones que no concitaban emociones ni adhesiones a la reelección diferida deseada por Leonel. El derecho que él le niega a Danilo. En su discurso, Leonel comunicó una liturgia racional, no una narrativa en el marco de un relato épico cargado de sentimientos y emociones como lo hizo Scheherezade en esa arquitectura narrativa de Las mil y una noches. Después, vino el que insultó a Duarte “…—Pásame la hookah, ¡Eh!—…”, mientras, …la Natti, perreaba…                         
                                                          

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