miércoles, 28 de octubre de 2020

SANTIAGO.- Agentes policiales y representantes del Ministerio Público, detuvieron anoche a 35 personas, que participaban en una fiesta clandestina en una villa localizada en la comunidad La Cuesta de Gurabo, en la carretera turística Luperón, violando el toque de queda y el distanciamiento físico.

En el operativo también fueron confiscados los instrumentos de trabajo que utilizaban los DJ Fantátiko, Coca y Jhonny Sánchez, que animaban la actividad, entre estos tres bocinas y una consola.

El magistrado Francisco Núñez fiscal titular de aquí, informó esta mañana que 18 de los detenidos son mujeres y 17 hombres. En la acción fueron confiscados, además, seis vehículos y tres hookas.

La propiedad fue alquilada para celebrar un cumpleaños y se tenía prevista la actuación de una artista sorpresa, que nunca apareció.

Tanto las personas detenidas como las propiedades incautadas fueron llevadas de inmediato a la sede principal de la Policía en esta ciudad. Para recobrar su libertad, cada persona tendrá que pagar una multa de 10 mil pesos. El fiscal Núñez informó que la villa fue alquilada.

Tanto el fiscal Francisco Núñez como el general Eduardo Alberto Then, director regional Cibao Central de la Policía Nacional, reiteraron esta mañana que seguirán actuando de forma drástica contra los violadores del toque de queda.

Con esa acción sumaron tres las realizadas en cinco días por las autoridades policiales y judiciales en esta ciudad en situaciones similares. La primera de ellas tuvo lugar la noche del pasado viernes, en una residencia localizada en una casa ubicada en la carretera que comunica las comunidades de San Víctor con Canca la Reina, en Tamboril.

En ese lugar fueron detenidos los artistas urbanos Shelow Shaq y Musicólogo, así como los músicos de Omega. Aunque este último estaba previsto para actuar en esa fiesta, no había llegado cuando ocurrió la incursión de las autoridades.

Dos noches después otro grupo fue sorprendido en un centro de diversión ubicado en el barrio Los Platanitos, de aquí, que opera en una propiedad de dos niveles, en cuya parte superior funcionaba una iglesia cristiana que hace tiempo cerró, pero cuyo letrero todavía permanece colocado en el frente.